Siluetas de una mudanza memorable

Hace unos días puse en mi estado de Facebook esta frase «no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, y ¡una mierda!, quien diría tan gran mentira, y es uno no sabe lo que tiene hasta que se muda. No os podéis hacer una idea de lo que se acumula en 17 meses. Y después de dos meses buscando, ha llegado el momento de hacer las maletas.

Muchos pensaréis, si, yo también he estado de Erasmus y he tenido que enviar un montón de cosas. Pero y todo lo que se deja un Erasmus… ¿quién lo tiene? pues en este caso yo. Mesas, colchones, cojines, sábanas, toallas, tazas, cosas de decoración, ventiladores, etc.

Y todo porque me mudo de mi vía Durazzo, no quiero pensar en cuando tenga que cerrar la puerta. Pero no pasa nada, alguien me dijo hoy que a partir de ahora comienza una nueva etapa, la que al menos yo espero sea mejor o al menos cerca del trabajo. Porque 17 meses en la misma casa dan para mucho, pero en eso no consiste este post, así que lo dejaré para otro momento.

Solo espero que el Fiat Panda se convierta por un momento en un monovolumen, en un trailer, en algo gigante donde al menos quepa todo esto, parte de la mudanza de la que aún quedan cosas por preparar, pero que tendrá que ser para una segunda parte.

Os dejo una muestra de donde he metido este año y cinco meses, cajas y maletas que guardan todos mis recuerdos.

Lo prometido es deuda y como algunos pedíais en algún comentario y otros por Facebook, aquí tenéis alguna foto de la mudanza con la Superpanda